domingo, 19 de octubre de 2008

¡Estás Invitado! - Nos reunimos este Viernes 24 de Octubre



Este viernes 24 de octubre tendremos una reunión denominada "Diálogos para la Misión". En esta oportunidad estaremos conversando sobre el tema: "La crisis del modelo de representación en la Iglesia Evangélica y la Utopía del Sacerdocio Universal de todos los creyentes". El facilitador de esta reunión será el teólogo peruano Jorge Chávez, quien guiará nuestra conversación sobre este importante tema.

La típica separación entre los ministros de "tiempo completo" y la grey del Señor parece haber producido un modelo eclesiástico que prioriza la canalización de las bendiciones de Dios a través de los miebros con rango y autoridad pastoral en la congregación. Sin embargo, la emergencia de nuevos modelos de organización y liderazgo de las comunidades cristianas parece estar poniendo en discusión el carácter sagrado e intocable de la representación pastoral en las nuevas iglesias.

Sobre este tema nos reunimos para conversar y dialogar juntos todo el equipo del IMT y ustedes, nuestros lectores y amigos/as. El lugar será los ambientes del Instituto Bíblico de Lima, ubicado en Jr. Nazca 148, Jesús María a la altura de la cuadra 8 de la Av. Brasil. La hora de nuestra reunión: De 7:00 a 9:00 pm. Se ruega su puntual asistencia y no se olviden: la entrada es libre y pueden traer otras personas interesadas en participar de este diálogo.

A pocos días de conmemorar la fecha de la Reforma Protestante, desde América Latina, resulta válido revisar el tema de las formas de distribución del poder en la Iglesia a la luz de un principio reformado muy importante: el sacerdocio universal de todos los creyentes como horizonte utópico. ¿Cómo se relacionan estos dos temas? ¿De qué manera se puede afirmar un ministerio pastoral en medio de una congregación donde todos tenemos libre acceso a la presencia de Dios sin más mediadores que nuestro Señor Jesús? ¿Cómo se relaciona esta manera de plantear las relaciones sociales en la congregación con el tipo de evangelio y de testimonio que peoyectamos al mundo? Son preguntas sobre las que queremos conversar este viernes 24 de octubre en "Diálogos para la Misión". ¡Te esperamos!

miércoles, 8 de octubre de 2008

¿QUÉ APORTES OFRECE EL APOCALIPSIS PARA REALIZAR LA MISIÓN DE LA IGLESIA HOY?

En su visita a Lima, Juan Stam, tuvo a su cargo las ponencias referidas al libro de Apocalipsis. Un escrito que despierta curiosidad, polémica y una serie de interpretaciones por su alto contenido simbólico, cabe decir además, que es habitualmente asociado “sólo” a un catastrófico fin del mundo.

Es entonces, necesario y pertinente señalar que existe para los y las creyentes de hoy, premisas para la realización de la misión, esas tareas que la iglesia no puede, ni debe ignorar. En seguida un resúmen respecto a este tema:


Un punto de partida

Empecemos del hecho que el Apocalipsis o Revelación, fue escrito en un momento de extrema crisis, y está dirigido a los cristianos, mártires del siglo I, víctimas de brutales ataques por parte del Imperio Romano. Y en su rol profético, Juan denuncia la opresión de un imperio romano arrasador, se pronuncia contra un sistema político, económico, social, económico, religioso e ideológico. Para los primeros lectores, obedecer este libro y no acomodarse al sistema, podría significar la muerte.

¿Cómo ese mensaje escrito para los destinatarios de su tiempo es ahora mensaje para la iglesia de hoy?

Jesucristo es el Señor de la historia, y el mundo es el campo de nuestra misión. Fuera de ese mundo, no podemos realizar nuestro testimonio, nuestra evangelización y nuestra práctica de las exigencias del evangelio. El Señor nos llama a vivir nuestra fe en el mundo donde estamos (Perú, Costa Rica, América Latina), no fuera de ese mundo ni en otro mundo. Por eso, es imperativo que lo entendamos a fondo, y que lo entendamos bien.


Propongo estos puntos que nos ayudan a ver bíblicamente nuestra realidad y su significado para la realización de la misión en la iglesia hoy:

Enfatizar en el Proyecto del Reino de Dios

Es anunciar ese proyecto como un reino de justicia, la figura del “lino fino” es tomada como las acciones justas de los santos. Es para el cristiano ingresar en la historia, asumiendo un compromiso con los desfavorecidos, forjando un nuevo estilo de comunidad donde se respeten la vida, la libertad y los derechos que son pasados por alto en nuestros países. En ese sentido, presentar este Reino de justicia está vinculado con la tarea profética del análisis crítico de la realidad.


Asumir el compromiso profético: Denunciar, no quedarse callados
El rol profético siempre comenzaba con esa manera de ver la realidad, para cuestionarla. Ser profético exige cuestionar muy rigurosamente lo que está pasando en este mundo donde vivimos. La pasividad sumisa no es una virtud cristiana. Juan es tajante en su denuncia del pecado, dentro y fuera de la iglesia. A las obras de los nicolaítas, las confronta con el odio del mismo Señor Jesús (Ap 2:6). ¡Qué importante saber odiar, pero con el Señor, aborrecer lo que él aborrece y cómo él lo aborrece! En su denuncia del Imperio Romano, Juan se atreve a tildar al emperador de bestia diabólica y su propaganda como vómito de demonios (16:13-14). La "imparcialidad" y la "neutralidad" no son valores proféticos; las más de las veces son anti-valores que terminan sirviendo a la injusticia. La iglesia tiene que aprender a indignarse, con ira santa e impaciencia profética. "Yo no me meto" o "Eso no me afecta a mí; ¿A mí qué me importa?" no pueden ser consignas nosotros ahora. A veces, callarse es el peor pecado. Las denuncia de Juan de ninguna manera significaban un pesimismo, mucho menos un derrotismo. La primera expresión de esta fe profética era el anuncio de juicio divino, que paradójicamente significaba la esperanza de la realización de la justicia de Dios.


Entender el sentido del juicio final

El juicio final se dirige en muchos pasajes contra los que hablan y no hacen nada, los que dicen “Señor, Señor” Y nuestro evangelismo ofrece un evangelio barato, muy fácil, una gracia barata ¿No estaremos llenando nuestras iglesias de personas que dicen Señor…Señor; pero no hacen la voluntad del Padre? Esta es una falsificación de la misión de la iglesia.

Creo que mencione una iglesia en Alemania donde dice:

Me llaman camino y no me siguen
Me llaman luz y no me ven
Me llaman maestro pero no me escuchan
Me llaman Señor y no me obedecen
Si yo los condeno, no me reclamen

Decir Señor, Señor, no garantiza nada, hacer la voluntad de Dios es reconocer a Cristo como Señor.

Anunciar un nuevo orden de cosas
En la visión de la Nueva Jerusalén, Juan anuncia un nuevo régimen de abundancia e igualdad para todos. Si antes la ramera y sus aliados tenían prostituido todo el poder, ahora todos los habitantes de la Nueva Jerusalén son reyes y sacerdotes, nadie mayor que otro ni nadie menor que los demás. Si antes la ramera tenía prostituida toda la riqueza (oro, perlas, muchas joyas), en la Nueva Jerusalén esas riquezas serán de todos: calles de oro y puertas de perlas fundadas en gemas y joyas que ya no están monopolizados por los poderosos.

Y eso nos compromete con un nuevo orden de cosas, a cooperar en la construcción de una nueva realidad en Perú este año, en Costa Rica este año. Nos motiva a luchar a comprometernos con ello.

Mantener la esperanza
En el capítulo cuatro del Apocalipsis Juan fue llevado a la puerta del cielo y vio el trono de Dios, establecido por los siglos de los siglos. ¡Qué fundamento más firme para nuestra esperanza! Pero al final del libro, ese mismo trono desciende y se establece en la Nueva Jerusalén, en una nueva tierra. La esperanza que nos da el Apocalipsis no es sólo la de ir a cielo. En la visión final estaremos con cuerpos resucitados y gloriosos, andando sobre tierra nueva y viviendo en una comunidad nueva, comiendo del árbol de la vida. ¿Podría haber mayor esperanza que la que nos promete el Señor? El Apocalipsis anuncia una esperanza más allá de las circunstancias históricas. Es impresionante la manera en que va alternando entre visiones de la tierra y otras del cielo, o del presente de lucha y otras del futuro de victoria y gozo. Después del largo relato del dragón y sus aliados (capítulos 12-13).


Hablar del Apocalipsis es hablar también de poder. Aquí también tenemos un desafío muy retador para los partidos políticos cristianos y para los cristianos que llegan a ocupar puestos en el gobierno. Dios no los tiene ahí para defender los intereses de la iglesia sino para ser la conciencia profética de la nación...Hasta ahora no conozco a alguno que sobreponga los intereses del pueblo, si conocen a alguno, me avisan...


Si estos partidos políticos cristianos no tienen una presencia profética en la vida del país, mejor irse para la casa. Muchas veces los políticos evangélicos son conocidos por su poca integridad y su mucho oportunismo, de modo que una denuncia profética por ellos carecería totalmente de credibilidad. Las más de las veces ellos se han metido en la política con el único objetivo de buscar favores para la iglesia, o hasta personales, y no de luchar para la justicia y servir al bien de todo el pueblo. Por eso ha sido escandaloso el fracaso de muchos partidos políticos supuestamente cristianos.

Para concluir

Una crítica de la iglesia o de la sociedad que sólo denuncia, sin anunciar lo nuevo que Dios traerá, no pasa de ser sólo una denuncia social. No es profética. Los profetas gritan sus denuncias, pero proclaman con voz aún más fuerte el triunfo del reino de Dios. El Apocalipsis es un mensaje de esperanza, los y las cristianas en general debemos ser portadores de esa esperanza.

Esta ha sido una sistematización de lo todo lo referido al tema de la misión, trabajados en los talleres y la conferencia de Juan Stam. Esperamos que estos aportes nos de luces para replantear algunas directrices o mantener las que nos ayuden a mejorar el trabajo misionero de la iglesia.


miércoles, 1 de octubre de 2008

El IMT: Un ministerio de acompañamiento pastoral a la Iglesia en Misión

¿Por qué necesitamos un IMT?
Porque hay un alto número de Iglesias Evangélicas que no reciben atención pastoral de parte de sus líderes nacionales, ni tampoco tienen acceso a capacitación para el desarrollo de programas de discipulado integral. Muchas iglesias están concentradas en mantener los niveles de su membresía y carecen de una visión dinámica que movilice y comprometa a sus miembros con el testimonio cristiano. Podríamos decir que muchas congregaciones están en el nivel de la subsistencia como comunidades, procurando no desaparecer numéricamente mientras que otras por el contrario, se constituyen en mega-iglesias, una suerte de congregaciones con visión empresarial donde la preocupación por la reproducción les aleja de percibir las necesidades reales de la población y de su contexto misionero. ¡No tenemos equilibrio!
Un estudio hecho por Amanecer-Perú revela que en el año 2004 más del 50% de iglesias locales a nivel nacional declararon que carecen de un programa formativo en discipulado integral. Es decir, no hay un trabajo programado e intencionado en más de la mitad de nuestras congregaciones en el Perú para realizar un servicio cristiano que promueva tanto la evangelización de las personas como la atención de otras necesidades que tienen los nuevos creyentes más allá del anuncio verbal de las Buenas Noticias de Jesucristo. En pocas palabras, nos quedamos en el discurso de la salvación individual y no llegamos a convertir dicha salvación es una realidad histórica, palpable y concreta.


¿Qué entendemos por discipulado integral?
Es la capacidad de la Iglesia para ofrecer acompañamiento efectivo a las personas que integran la comunidad creyente, en todas las áreas de su vida: formación doctrinal, ética cristiana, relaciones interpersonales, familia, economía, profesión y vocación, entre otros. Y este discipulado integral no es sólo una tarea del discipulado de individuos aislados, sino de reconocer que tratamos con personas que tienen relaciones sociales y forman grupos, comunidades, familias y estructuras sociales.


¿Cuál es el propósito del discipulado integral?
El propósito es contar con una Iglesia madura con una espiritrualidad contextualizada y encarnada en la realidad en que vivimos. Somos una Iglesia joven y pujante, con una dinámica de crecimiento numérico importante en el Continente. Sin embargo, no llegaremos a ser una Iglesia adulta y madura si no llegamos a aterrizar nuestra fe en acciones concretas, si no educamos a nuestros miembros para la vida ciudadana, si no animamos a nuestros líderes a aportar positivamente en sus comunidades "seculares". Nos falta pasar de la retórica a la práctica evangélica, utilizando los dones que Dios nos ha dado así como los recursos materiales que las Iglesias generan a través de sus propios miembros, y todo esto para promover la extensión y el avance del Reino de Dios. Es una cuestión de prioridades: el dejar de ver a la Iglesia como un fin en sí mismo que tiene que consumir todo nuestro tiempo, todas nuestras fuerzas y todo nuestro dinero y empezarnos a ver como una comunidad de fe al servicio del Reino de Dios y de sus prioridades, finalmente mirar la realidad como la vería el Señor Jesús.
 

¿Cómo promueve el IMT el discipulado integral?
Formando y capacitando a líderes estratégicos de la Iglesia Evangélica, de tal manera que comprendan y promuevan una visión transformadora que dinamice los planes y proyectos de las iglesias al hacer entrar en contacto directo a esos líiderescon la realidad de la gente, de tal manera que ellos anhelen comprometerse en producir impactos sociales en las comunidades donde la Iglesia sirve. Estos impactos de transformación deberán ser animados de manera directa por la intervención misionera de los creyentes y no esperar que las cosas cambien por sí solas. Necesitamos abrir los ojos de la fe para mirar los campos -y la mies que es mucha- y rogar que el Señor nos envíe a nosotros como los obreros para esa mies. No debemos esperar que nos traigan mágicamente el trigo en sus gavillas, sino ir y trabajar en la cosecha.
Es por esto que el IMT promueve y difunde a través de Conferencias locales y a nivel nacional, los grandes énfasis de una Misión Transformadora a fin de sensibilizar a la Iglesia a la vivencia de la integralidad de la misión, a desarrollar ministerios comprometidos con la transformación de las personas y comunidades, conforme al propósito de Dios.
Nuestros cursos formativos dirigidos a las iglesias y ministerios están a su disposición en sus modalidades presencial y semi-presencial. Tome la decisión y prepárese con nosotros para hacer misión desde la perspectiva del Reino de Dios y compruebe el crecimiento integral de su iglesia y la transformación que se opera en la comunidad a su alrededor.