jueves, 26 de septiembre de 2013

Parábola ecuménica del "Buen Protestante"

Estaba Franciscus hablando con la gente sobre el compromiso con el Reino de Dios y la lucha contra la pobreza, cuando de entre la multitud, un hombre religiosamente ataviado y completamente pulcro se le dirige para hacerle la siguiente pregunta:

-¿Y quién es mi prójimo?-

Entonces Franciscus le contó a Juan Luis, la siguiente historia:

- Un turista aventurero estaba regresando de Macchu Picchu al Cusco, cuando derrepente una banda de ladrones lo intercepta, le roba todo lo que tenía, y lo abandona al lado del camino, medio muerto y medio desnudo. Por ese mismo camino pasaba un obispo, desde su movilidad particular observó al hombre que estaba tendido al lado del camino, y advirtiendo del peligro le ordenó a su chofer acelerar el paso. Al cabo de un rato, un bus que contenía una delegación de misioneros, también pasó por ese lugar. Pero tampoco se detuvo, sino que dando un pequeño giro, siguió de largo. Posteriormente un joven indio, protestante y gay, pasó por el mismo camino. Al ver al hombre que estaba golpeado y mal herido, fue movido a misericordia, le dió un tratamiento de emergencia, lo montó a su bicicleta y lo llevó al centro de salud más cercano.
En la posta médica, sabiendo que no contaban con todo lo necesario, habiendo pagado por los vendajes y la medicina, le indicó al enfermero de turno que anotara todo lo que gastara en la recuperación del paciente, porque el a su regreso se lo pagaría.

Pues bien, ¿Cuál de estos tres te parece que  fue el prójimo del hombre asaltado por los bandidos?
El cardenal le contestó: - El que tuvo compasión de él. -

Franciscus le dijo: PUES VE Y HAZ TÚ LO MISMO.


Anubis