viernes, 6 de abril de 2012

SEMANA SANTA: Religiosidad popular y sentimiento protestante


SEMANA SANTA:

Religiosidad popular y sentimiento protestante

Cientos de católicos “fervorosos” se dispusieron al centro histórico de Lima para peregrinar por siete iglesias, siete monumentos tradicionales del catolicismo popular, que es la versión de catolicismo mayoritaria, masiva y predominante en el Perú. Yo me mantuve como silente observador del fenómeno religioso, como estudioso que soy, e interesado en los procesos religiosos en el Perú. Pude prestar atención a las palabras de aliento que el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, dirigía a los fieles católicos animándoles a peregrinar y bendiciendo tanto “fervor” que el observaba. Pude ver cientos de personas (literalmente) que ingresaban a la catedral de Lima (ubicada en la Plaza Mayor de Lima) y otras tantas que salían. Pude ver a los niños pidiéndoles a sus madres que les compren refrescos porque estaban cansados de caminar. Pude ver vendedores ambulantes ofertando sus productos. Pude ver hombres arropados con un vestido púrpura y un enorme cordón blanco pendiendo de su cuello. Vi grupos de mujeres jóvenes que se tomaban fotos frente a la catedral y ancianas que se arrodillaban en la calle frente a la misma catedral. Vi cientos de rostros de niños, niñas, adolescentes, hombres, mujeres, ancianas y ancianos asistiendo al ofertorio religioso que la Iglesia Católica orquestaba en estas fechas de semana santa.

Como investigador de la religión, protestante yo, me sirvió mucho porque nunca antes había asistido a un evento tan masivo. Me sentí como Lutero en su viaje a Roma en el S. XVI, es decir, me sentí fatal.



De regreso a mi casa, reflexionando por lo que tuve la oportunidad de observar, me di cuenta de lo profundamente protestante que me sentía. Lo orgulloso y agradecido que estoy de ser cristiano protestante. La inmensa satisfacción que tengo de no estar obligado a ser parte de la experiencia (en algunos casos) circense y sobretodo MEDIEVAL de “peregrinar” por “LAS 7 IGLESIAS” del centro de Lima. ¿Se supone que son un símil a las 7 iglesias del Apocalipsis? Me recordaban algo así como las 12 casas del Santuario de Atena. Conversando con un amigo católico que trabaja con jóvenes desde el Episcopado Peruano, (trabaja haciéndoles pensar en su fe a los jóvenes católicos) me explicaba que eso que vi es “religiosidad popular” (como si no lo supiera, mi amigo es muy paciente). Comprendo que esta religiosidad no es normada por la teología sistemática, ni ninguna escuela académica, ni la oficialidad católica, ni las jerarquías ni los seminarios ni ninguna teología; sin embargo es alentada por los teólogos que si estudiaron en seminarios, que si conocen de teología sistemática, que si pertenecen a escuelas académicas, que si pertenecen a la jerarquía católica. Me explica mi amigo que muchos de los/las participantes de estos “peregrinajes” son católicos nominales que no tienen ningún compromiso con Xto ni con su Iglesia, son solo religiosos que participan de lo folklórico de la religión, como en este caso, la TRADICIONAL visita a las 7 iglesias. Lo cual ya sabía, por lo que se agrava mi crítica, ya que

se genera un ambiente medieval de religiosidad ignorante, un despropósito de las cosas donde basta la superficialidad de cumplir con las acciones sin implicar necesariamente un compromiso de fe o un cambio estructural profundo en la vida de las personas. Por último si no se quiere coger esas papa caliente (que los evangélicos si tomamos) se puede instar a que estos creyentes domingueros (lo que les convierte en creyentes a medias, o creyentes sin compromiso, y en un sentido más real, en no-creyentes o ateos prácticos) a involucrarse en acciones de concientización sobre problemas concretos que no requieren de compromisos políticos ni de derecha ni de izquierda, como detener la violencia contra la mujer, o cuidar el medio ambiente, no desperdiciar el agua, etc. Pero ni siquiera eso se hace desde el arzobispado de Lima. Pudiendo hacerlo, prefieren mantener el status quo y llenarse la boca de demagogia pacifista, desencarnada de las necesidades reales de las gentes que les visitan esperando recibir algo, y saliendo tan vacíos como cuando entraron, o por último, cumpliendo en sus conciencias con el vacío rito católico de “marcar tarjeta” de cumplir con su presencia sin comprometerse realmente EN NADA.


Al notar la lógica detrás del discurso del arzobispo de Lima, fue que me sentí como Lutero en su viaje a Roma y vio el mismo escenario, claro que más paupérrimo y más patético, pero el mismo escenario en esencia. Esto generó en mi un desagrado por la religiosidad barata que se estaba ofertando, y un sentimiento de lástima por las personas que buscando genuinamente a Dios, se encuentran con placebos. Placebos entregados por la misma oficialidad católica. Entendí que he tenido suerte de encontrar buenos amigos católicos que critican lo mismo que yo, pero tienen el coraje y la paciencia (y ciertamente vocación de mártir) para buscar generar cambios en la Iglesia Católica, desde dentro. Para los/las tales, mi más profundo aprecio y admiración. Pero algunos cristianos, preferimos seguir el estilo de Abraham, quien lo dejó todo con tal de conseguir algo mucho más espléndido.


Abraham es para mí un personaje espléndido, padre de las 3 grandes religiones monoteístas (4 si queremos incluir a la Fe Bahai), considerado por tanto “PADRE DE LA FE”, no dudó en dejarlo todo, que incluye la tierra de sus padres y de su parentela, para ir a la tierra que ese Dios desconocido le ofrecía. Finalmente su fe le fue contada por justicia. Misma justificación por la fe que tanto defendemos los protestantes, el pueblo evangélico, los nacidos de nuevo. Aquellos que dejamos toda tradición, toda identidad anterior, dejamos padre, madre, hermanos y hermanas, pueblo, nación, lengua, y sobretodo TRADICIÓN, lo dejamos todo con tal de alcanzar algo más sublime, el conocimiento de XTO. El conjunto de iglesias protestantes, sobretodo las Iglesias “reformadas siempre reformándose” que ahora son tan distintas de lo que eran hace 100 años, son esas iglesias las que rompiendo con tradiciones, revalorando otras, rescatando tradiciones ancestrales e inventado otras, vienen a generar espacios de libertad, de libre pensamiento para la reflexión, para vivir más y esclavizarnos menos. Son estas Iglesias, las de los “hermanos separados” quienes empezaron a tender puentes, quienes iniciaron los diálogos con quienes detentaban el poder religioso frente a las urnas latinoamericanas en el contexto de la guerra fría, quienes hablaron de reconciliación antes de que las combas y los martillos derrumbaran el muro de Berlín, estas son las iglesias que acompañaron a nuestros hermanos y amigos católicos en el Concilio Vaticano II para ser testigos de nuevos vientos. Estos son los mismos hermanos que ahora, desde púlpitos protestantes, con discursos ecuménicos y prácticas sociales dejan toda tradición, (algunos incluso superando los linderos de la “sola fides”, “sola gracia” y “sola scriptura”) para poder construir junto con quienes así lo deseen, un nuevo proyecto de ser humano. Un humano más justo, más solidario, más benévolo, más compasivo, más HUMANO. Que es finalmente el mensaje del Evangelio del Reino de Dios.

Este magno proyecto, se ve en cosas pequeñas. Una de ellas, tan simple como parece, es remplazar religiosidad encerrada en 4 paredes, que son cárceles de la fe, para liberarla en la vida. En el diario vivir, en la cotidianeidad, en los tiempos de familia, en las salidas al parque, en los proyectos personales de vida de la gente común, de los laicos, de los no-religiosos (no por eso menos creyentes) y en las vacaciones largas… en las salidas a la playa, en los viajes al interior del país, en las visitas al campo, a los familiares, en las reuniones familiares que con este ajetreado mundo que anda de tumbo en tumbo con sostener un sistema de vida basado en el comercio y no en la persona humana, no permite reunir a la familia, conocer a los nietos, compartir un tiempo en familia, con la familia extendida.


Así que… celebremos la Vida, vivamos la semana santa como reformad@s y siempre reformándonos… y vallamos a la PLAYA!!!!


Anubis