Los Te Deum de Bardales, están rumbo al ocaso
Por: JesúsLavado
Lima, 31 de Julio del 2012
Es oportuno aclarar de una vez, que en el Perú, nunca se ha realizado un Te Deum Evangélico; lo que hemos observado desde el año 2006, son los Te Deum de Bardales, el mismo que ha sido revestido de evangélico y de representativo.
El Ministerio de Acción de Gracias de las Iglesias Evangélicas del Perú, no es un espacio que conglomera denominaciones e iglesias locales sino es una asociación civil de reciente inscripción en registros públicos (aún carente de RUC) conformada por unas pocas personas naturales; por lo tanto, nunca ha sido, no es, ni será representativo del pueblo evangélico. No obstante, hay que reconocer que los asociados de dicho “ministerio” tienen la habilidad de comprometer a personajes respetables del mundo evangélico, a quienes utilizan para simular una imagen de unidad, aparentar representatividad y asegurar convocatorias masivas.
Desde una perspectiva teológica, los asociados del ministerio de acción de gracias son mas afines al movimiento carismático internacional y al movimiento neo-pentecostal, que a la sana doctrina que nutre al pueblo evangélico; y desde una perspectiva política, dichos asociados y un porcentaje importante de sus colaboradores son afines a movimientos políticos de inspiración pragmática y de orientación neo-liberal, y de trasfondo autocrático como el fujimorismo, es decir, son muy ajenos a los principios del reino de Dios.
A lo largo de estos siete años transcurridos, los asociados del Ministerio de Acción de Gracias han negado la representatividad del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP); por eso han optado por rodearse de asociaciones de reciente creación y de representación especifica para aparentar representatividad ante las autoridades políticas del país, pese al favor que reciben de estas asociaciones, les niegan la condición de co-organizadores de la ceremonia de acción de gracias; lo que evidencia que no son institucionalistas.
El Ministerio de Acción de Gracias, se ha auto-empoderado como una nueva franquicia socio-religiosa; que se adjudica la exclusividad de organizar e intervenir en ceremonias de acción de gracias por el Perú y por las ciudades y distritos del país; restando iniciativa y capacidades, y opacando legitimidad en quienes tienen el sentir de interceder por el país, por su localidad y sus autoridades políticas. Cabe precisar, que el Decreto Supremo Nº079-2010-PCM encarga a las Iglesias Evangélicas del país (instituciones) organizar la ceremonia de acción de gracias por el Perú y no a un grupo de personas que solamente se representan a si mismos.
Tampoco se debe olvidar, que las ceremonias de acciones de gracias celebradas durante el segundo gobierno de Alan García, operaron como una plataforma política que logró mediatizar a un sector del liderazgo evangélico, para que ellos acepten sin menor resistencia la ley y el reglamento de libertad religiosa, y la ley que consagra al Señor de los Milagros como patrono del Perú o de los católicos, normas que fueron impulsadas por los sectores mas conservadores del catolicismo peruano, como el Opus Dei y Sodalicio.
En relación a los dos anteriores Te Deum de Bardales, pese a que se conocía la ausencia del presidente de la república en dichas ceremonias, se anunció su participación para crear el imaginario social de que el mandatario desaíra al pueblo evangélico, creando en unos y reforzando en otros un sentir anti-humalista. Situación que fue complementada con la reciente y tendenciosa opinión del congresista Julio Rosas, quien induce la idea que el presidente Humala discrimina a los evangélicos, y que los fujimoristas están al lado de los evangélicos.
Debe quedar claro de una vez, que el presidente Ollanta Humala no va asistir a ningún Te Deum de Bardales, por ser una actividad organizada y realizada al margen de las instituciones evangélicas; y si el presidente de la república asiste al Te Deum de la Iglesia Católica, es porque, es organizada y realizada por una institución religiosa reconocida por el Estado y el Gobierno peruano. El presidente Ollanta Humala no excluye a un sector de la población nacional, sino mas bien, es respetuoso de los protocolos establecidos; por eso, no se siente obligado asistir a ninguna actividad de carácter privado. Con esta aclaración se cierra esta etapa de la historia.
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