lunes, 20 de junio de 2011

Curso: Cristianismo y Política

Programa FAMIN (Facultad Apostólica de Ministerios) en convenio con la Universidad San Pedro de Chimbote.

Asignatura: Cristianismo y Política
Profesor: Oscar Amat y León Pérez - email: oscar_amat@yahoo.com
Descripcion: El curso pretende informar a los estudiantes sobre las relaciones (presencia o ausencias) entre fe cristiana y participacion política de los cristianos, a lo largo de la historia relativamente reciente en el Perú (historia del protestantismo, 1822-2000)
Temas:
1. Historia de la participacion politica de los cristianos evangelicos en el Perú
2. El Problema de la relación Iglesia-Estado en el Perú
3. Formas de participación de los ciudadanos cristianos en la vida pública peruana
4. Reino de Dios, Poder político y Servicio
Horario: Los días lunes de 3:00 a 6:30 pm, Del lunes 20 de junio hasta el lunes 11 de julio

Clase No 1 Historia de la Participación política de los Evangélicos en el Perú
-Una Cronología del desarrollo de la Iglesia Evangélica en el Perú
-Revisión de la bibliografía básica sobre el tema de la presencia protestante en el Perú
-Hitos de la presencia pública de los evangélicos en el país

Conclusión: Los evangélicos siempre han estado a lo largo de su historia en contacto con la esfera pública. En un principio esta vocación fue asumida por el liderazgo pastoral y los primeros misioneros quienes bajo los intereses de promover el desarrollo del país, propiciaron la libertad religiosa y procuraron establecer el testimonio de la Iglesia en el país. Para esto se relacionaron con los sectores liberales de la política peruana, así como con los sectores anti-clericales y luego con los sectores más críticos y progresistas de la intelectualidad peruana ofreciendo la imagen más "moderna" del cristianismo evangélico frente al tradicionalismo de la religión oficial y también aprovecharon su imagen de extranjeros que podrían tener un nivel de influencia en sus países de origen. No es tan cierto la idea entonces que la participación política de los evangélicos en el Perú empezó en el año 1990.

Clase Nº 2 Interpretaciones de la Participación Política de los Evangélicos
-Los actores socio-religiosos de la participación política en el siglo xxi: quienes lideran la agenda púbica de la participación política de los evangélicos son los sectores carismáticos o neopentecostales.
-El nuevo discurso político-religioso: "Jehová te pondrá por cabeza y no por cola". El llamado no es un llamado al servicio cristiano a través de la política sino a conquistar, liderar, gobernar espacios públicos para lograr posiciones estratégicas, poder secular y beneficios para las aspiraciones públicas de ciertas iglesias y ciertos líderes religiosos.
-Las estrategias de intervención: ya no se trata de una presencia pública evangélica a través de partidos confesionales o de agrupciones políticas creadas a último momento por los evangélicos para participar en una elección, hoy día se trata de ser reconocido por los líderes no-creyentes y recibir una posición importante dentro de una lista paralamentaria dentro de los partidos politicos conservadores o neo-conservadores del espectro político secular.
-Finalmente hay una tendencia teonómica y reconstruccionista que emparenta la agenda pública evangélica en torno a los valores de la derecha religiosa nortemaericana, bajo la imagen de organizaciones "pro-vida". Entre estos temas de agenda política evangélica se encuentran detener cualquier iniciativa de despenalización del aborto, impedir el avance de los Derechos Humanos de las minorías sexuales y población LGBTT y promover iniciativas legislativas que supuestamente defienden a la familia (entendida como papá, mamá e hijos/as).

Clase Nº 3 Lectura teológica de la Participación Política de los Evangélicos
-La participación política de los evangélicos en la actualidad se asienta en una cosmovisión religiosa reconstruccionista: los valores de la sociedad están distorsionados y los cristianos somos los llamados a reconstruir dichos valores a partir de nuestra comprensión del Evangelio.
-Resignificación del Reino de Dios: éste ha dejado de ser solamente el concepto central en la Teología de la Liberación Latinoamericana para empezar a ser propiedad común con los sectores carismáticos que lo han resignificado, domesticado y acomodado como categoría teológica para ser utilizada dentro de sus proyectos políticos.
-Una de las discusiones teológicas en el momento contemporáneo tiene que ver con la confrontación entre ministerio en la iglesia y ministerio en la administración pública para los pastores. Parece que dado el avivamiento de pastores que quieren incursionar en la política, uno de los ejes del debate político-evangélico está en torno a los límites o no de los pastores para convertirse en figuras públicas, dejar sus congregaciones o utilizarlas como bases de proselitismo polítco, o aún más, el día de hoy se debate también sobre la perspectiva ética del uso del púlpito evangélico o los medios de comunicación evangélicos para hacer campaña a determinado candidato o candidata.

Clase Nº 4 Otras formas de hacer política de los Evangélicos en América Latina
-El camino de la construcción de ciudadanía desde las propias congregaciones evangélicas. Las igleisas son laboratorios de ciudadanía. Si bien las reglas de juego del gobierno de la iglesia en general, no son ni la democracia ni los Derechos Humanos, no obstante eso, el carácter de la iglesia como una comunidad de iguales en la cual todos y todas tienen algo que aportar a partir de sus dones, puede convertir una comunidad de creyentes en un espacio de aprendizaje del respeto de los demás, la tolerancia, el trabajo en equipo, la conciencia ecológica, la equidad de género entre otros, convirtiéndose esto en una importante y positiva función social que las iglesias pueden cumplir para el fortlaecimiento de la participación y veedurías ciudadanas.
-La incidencia pública de la Iglesia. Si los evangélicos tenemos algo importante que aportar al país en términos de políticas públicas que beneficien a todos y los/las ciudadanos, este aporte estará seguramente vinculado a los temas de educación, salud, seguridad social, derechos humanos, entre otros, espacios en los cuales los evangélicos tenemos una historia completa de aportes e iniciativas que hemos promovido, muchas veces sin extraer todas las implicancias sociales de nuestras prácticas misioneras. El camino de la incidencia, de la influencia positiva que la Iglesia puede tener hacia el resto del país desde su mirada de fe, pasa también por una estrategia definida de posicionarse en los medios de comunicación no sólo en los religiosos sino también en los seculares y en preocuparse por construir una imagen pública de los evangélicos que no descanse en una imagen ridícula o apocalíptica sino en una imagen de servicio y ética pública sólida y propositiva para el bien común de los peruanos y peruanas en general.


domingo, 5 de junio de 2011

¿Ganará el Miedo, o la Esperanza?

Una de las cosas que caracterizó esta última rampa electoral, ha sido EL MIEDO. Como muchos comentan, la atmósfera ha sido de tensión y rechazo hacia alguno de los 2 candidatos. A diferencia de comicios anteriores, esta campaña ha estado muy reñida, y tanto unos como otros han lanzado piedras hacia el contrincante. Vale decir, no procuraron “brillar con luz propia” sino, opacar al otro, desacreditándolo, denunciándolo, llamándose mentirosos, haciendo escándalos, etc. Ha sido un circo romano. Mientras tanto, ninguno ha logrado capturar emocionalmente (y ganando así realmente el voto popular) el corazón del pueblo.

Eso me hace concluir que esta ha sido una campaña de MIEDO. No por que a mi me de miedo, o sienta que la gente tiene miedo (aunque en cierto sentido si lo creo) sino que principalmente los medios han causado miedo, las noticias promueven el temor tanto hacia uno como hacia otro. Eso siempre es preocupante. El temor nunca es agradable, y nunca es buen motor en contextos de tomas de decisión.

La prensa suele responder casi automáticamente que rescatan el sentimiento del momento, las percepciones de la gente, etc. Pero los expertos saben y los profesionales somos enseñados en esto, que son los medios quienes GENERAN OPINIÓN. Opinión que posteriormente es repetida como si fuera propia. Esa es la gracia de la prensa. Gracia muy comúnmente manipulada y malinterpretada.

Pero al margen de la prensa y su poder, fuera de toda crítica, totalmente válida y que otros colegas, compañeros y hermanos evangélicos vienen denunciando y desnudando, como el caso del Ps. Rodolfo Gonzales (escrito por nuestro hno. Rolando Pérez) y demás, está la respuesta de la población en general. En esto me quiero detener, porque en realidad llama la atención de cualquiera. El temor, la incomodidad, la desazón, y tristeza que se observa en la gente es lamentable y preocupante. En Lima, los taxistas (nunca hay que dudar de la sabiduría de los taxistas) comentaban de este sentimiento generalizado, al margen de los gustos e inclinaciones partidarias, las personas en general manifiestan esta inseguridad por lo que sucederá y al mismo tiempo temor por el candidato opuesto a su favorito. Esto último es nuevo para mí. Antes se había visto a la población dividida (suele pasar en contexto de segunda vuelta) ¿pero con temor hacia en candidato opuesto a su preferencia? Es preocupante, por decir lo menos.

De este sentimiento generalizado también se ha visto envuelta la población evangélica. El pueblo de la Esperanza ahora es el pueblo de la incertidumbre y la división. Hoy mientras iba a votar, una amiga de la familia se molestó conmigo cuando respondí a su pregunta clásica, de por quien iba a votar. Esta es para mí una perspectiva a menor escala de las relaciones en Lima. Muchas personas han ejercido mucha presión, como la CONFIEP, quien en su spot, no solo evidencia su candidata, sino que niega la posibilidad de progreso en caso gane la candidatura opuesta. ¿Eso es no es generar miedo? Pero no solo ocurre eso, sino que LAS PERSONAS SE LO HAN CREIDO. Las personas de a pie, que piensan votar por Fuerza 2011, no lo hacen por amor a Keiko (que aun esto se podría criticar) sino por MIEDO A HUMALA. Eso es lamentable, pero parece ser una constante en nuestras decisiones electorales.

En el caso opuesto, quienes piensan votar por Gana Perú, también votan con dudas. Algunos y algunas con temor igualmente. Mis amigos que trabajan o están relacionados al trabajo por la defensa de los DDHH, muchos y muchas piensan votar por Humala, pero encuentro en ellos y ellas la contradicción de tener que dar su voto por alguien que también está acusado de quebrantar los DDHH en Madre Mía, etc. Además de ser militar y cargar con el stigma propio de todos los militares en un país que hace apenas 10 viene saliendo de una dictadura, y teniendo tan cerca la sombra de otro dictador, el presidente de nuestra hermana Venezuela.

Al histórico CONCILIO NACIONAL EVANGÉLICO DEL PERÚ lo critican de humalista, y aunque ellos y ellas se esfuerzan por blandir la bandera de la neutralidad e imparcialidad, lo cierto es que sus dirigentes ya han mostrado en más de una ocasión sus inclinaciones partidarias. Lo cual es totalmente aceptable y recomendable, lo peor que puede pasar es que no tengan opinión al respecto. En la misma tarea está recientemente su vecina UNICEP, siendo que en realidad, nadie le cree. Recientemente dice que ellos también son imparciales y neutrales en cuanto a su opción partidaria, cuando sus más altos dirigentes no solo están sumamente parcializados, sino que además sus más altos dirigentes han participado activamente en la campaña, desde bancadas políticas (como es el caso de la Dra. Raquel Gago, secretaria ejecutiva de esta agrupación), el ps. Rodolfo Gonzales (máximo representante del MMM, miembro de UNICEP) el ps. Eleazar Soria, Julio Rosas, Claudio Zola, entre tantos líderes de UNICEP quienes se han mostrado activamente en esta última campaña en primera vuelta, desde la política partidaria ahora queren decir que son “imparciales”. Jajajajaja, hay que tener un muy buen sentido del humor para decir eso. Para mal o para bien, el CONEP lo ha intentado, y en términos simbólicos ha hecho un buen trabajo con sus últimos gestos, pero a pesar de haber dado muestras de estar vivo, aun le ha faltado mucho como para mover a la población evangélica hacia algo, para lo que sea, no importa. No considero que haya hecho mucho en términos prácticos.

Por más que en nuestras prédicas, nos esforzamos por enseñar que somos “distintos” al mundo, a los demás, a este sistema de cosas. En contextos electorales retornamos a nuestra humana realidad, de que debemos votar para no pagar multa, que estamos sujetos s un sistema de derecho (felizmente)y lo debemos respetar con los derechos y deberes que esto implica y que necesitamos comer e ir al baño para sobrevivir. No vivimos en una nube como muchos quisieran u otro piensan. Nuestras oraciones no son escuchadas mejor que las de un pecador incrédulo, ni mucho menos nuestro voto en las urnas habrá hecho más que el de él en esa misma urna (o en otra). Una vez reconocida nuestra realidad humana y terrena, toca nuestra realidad civil, y la realidad de la decisión electoral. Es entonces que SI debemos marcar la diferencia. ¡DEBEMOS DE!

Mientras que los no-creyentes temen al futuro, sienten inseguridad, y esto los lleva a ser intolerantes ante la opinión contraria. Nosotros, los nacidos de nuevo debemos contagiar con nuestra confianza y esperanza a todos aquellos que estén a nuestro alrededor. No dejarnos vencer por el temar que nos quieren inculcar, sino creer que el Perú es su gente, y dentro de su gente, la NACIÓN EVANGÉLICA, un pueblo especial, que supera adversidades, que trabaja por amor a Dios y agradecimiento a la vida y la nueva Vida que Él nos obsequió. Nosotros, los nacidos de nuevo, somos llamados a ser la sal de la tierra, el elemento que conserva el pescado en buenas condiciones, el ingrediente que añade el sabor a las comidas. En otras palabras, somos llamados a cambiar el MIEDO, por ESPERANZA. Y nosotros y nosotras debemos tener la confianza en que, al margen de quien sea el o la ganadora en esta contienda electoral, nosotros y nosotras debemos corroborar nuestro compromiso por los más necesitados, por el desvalido, por el sin-voz, por quienes no saben diferenciar su mano derecha de la izquierda.

Esta debiera ser la tarea de los predicadores, desde los púlpitos, fomentar en la congregación la TOLERANCIA, el respeto e ir un paso más allá de la tolerancia: la aceptación del otro, de la otra, “del distinto”. Porque esa es nuestra tarea como iglesia, tal como dicen las escrituras: completar la labor de Cristo. ¿Cuál labor? La de servir de intermediarios entre aquellos, aquellas que están divididos, separados, distanciados, molestos, embroncados. Ser agentes del amor de Dios. Amor que actua, aun en medio de la contienda electoral. Este mensaje no es para antes del 5 de junio. Es para después, pero debemos tenerlo en cuenta siempre, como cristianos y cristianas militantes, más que en cualquier partido político (que es bueno y recomendable) en los valores del Reino de Dios.

Hermanos y hermanas, hagamos que finalmente gane la esperanza. Sin importar el color de nuestras banderas políticas, ni si nuestro candidato es varon o mujer. Si somos el Pueblo de Dios, hagamos entonces que gane la ESPERANZA.


Anubis