jueves, 15 de abril de 2010

Anubis en el país de las Maravillas

CULTURA y SOCIEDAD

No puedo evitar relacionar ese título con una serie de ilustraciones de cierto periódico nacional, reconocido: “El país de las maravillas” en el que unos pobres desnudos se topan con las injusticias de nuestro país, y lo muestran en tono irónico. Del mismo modo el país de las maravillas de Alicia, aunque es increíble, muestra algunas injusticias. Quizá la más grande injusticia de todas, que unos sufran por los caprichos de otros que creen tener el “poder”. No seguiré en esta línea, pues no es de política de lo que deseo hablar. La película de “Alice in wonderland” me pareció excelente. Pero para que no pase a ser solo una película increíble con excelente diseño y muy buenos efectos especiales, quisiera llamar la atención sobre un aspecto que considero valioso.

Alicia se topa con un dualismo que los cristianos vivimos a diario. Sobre todo los que proceden de una tradición presbiteriana o calvinista, que en el Perú es la mayoría. El conflicto entre la predestinación y el libre albedrío. No pretendo dar ninguna solución teológica al respecto. No soy tan pretencioso. Pero si quisiera compartir una respuesta que me ha servido y me sirve hasta ahora. Y que Alicia lo demuestra a cada momento. El primer momento en el que se da esto es cuando se topa con el “oráculo”, y se entera del “fragoroso día”.

Lo que deseo colocar en relevancia es la perspectiva de Alicia. Ella es muy distinta al país de las Maravillas, al cual podríamos calificar como “loco” o “Chiflado”, pero no deja de ser maravilloso. Pero no podemos cometer el error de calificar a Alicia en el hipócrita mundo de la Inglaterra Victoriana donde valías por lo que tenias, y no por lo que eras (se parece un poquito al mundo de ahora). Ella es más bien un intermedio, ya que por un lado desea tornar las flores blancas en rosas rojas con tan solo pintarlas (como lo hacía en el otro lado) y por otro lado, piensa que está soñando una vez dentro del País de las Maravillas. Me recuerda un poco a los peregrinos que somos, viviendo los valores espirituales del Reino, en un mundo materialista que solo aprecia el dinero.

Lo más interesante es que en el País de las Maravillas, se sabía lo que acontecería, y permitían que el destino se cumpla, para esto no habría que esforzarse, porque ocurriría de manera natural, pero se esforzaban por otras cosas. Se esforzaban por vivir. Hasta que el surgió un desequilibrio de poderes y muchos sufrieron. Esperaban entonces por un mesías: ALICIA.

Lo curioso es que cuando llegó su mesías, esta no quería serlo, pues cargaba con problemas propios y no se mostraba exceptiva ante todo lo que veía. A pesar de experimentar un “sueño”, se comportaba muy como ella misma. Eso es y no usual. Ocurre que en los sueños surge el “verdadero YO”, un “Yo” no domesticado por la sociedad o los modales, un yo natural, dulce y cordial o salvaje y hasta criminal. EL yo que encontramos en nuestros sueños, dependiendo de la profundidad de estos, puede ser nuestro “VERDADERO YO”. Esto puede ser grato o no serlo, pero es lo que uno es. Lo problemático sería que ese Yo no concuerde con la imagen que proyectamos de nosotros mismos. Al parecer este problema no lo tenía Alicia pues fue consecuente con sus valores aunque estuviera en un “sueño”. ¿Cuánta sinceridad nos puede faltar, para pasar de tener una apariencia como la de Cristo, a ser por dentro, un poco parecidos a Él?

Se puede pensar que la actitud de Alicia se encuentra cuando lucha con el Dragón. Pero yo os digo, que podemos encontrar con mayor claridad, esa determinación en una Alicia diminuta, recién salida de un sombrero y dando órdenes a un perro gigante. La determinación que tuvo Alicia de ser consecuente con sus valores, fue lo que la llevó “sin querer” a cumplir con su “destino” aun sin creer en la existencia de este, o que este destino que le trazaron de verdad sería para ella.

Es actitud irreverente para con las cosas ya “predestinadas” es la misma irreverencia que los reformadores mostraron en su tiempo, a un mundo dominado por la religión y la mitología. Es ahora, el mismo espíritu cuestionador de los científicos e investigadores, que muchos religiosos conservadores pretenden ver con ojos de inquisidores. Es curioso como se invierten los papeles; los perseguidos ahora sueñan con perseguir. Es ese espíritu fresco, sincero, que rompe esquemas, estructuras sociales basadas en relaciones de subyugación, que busca descubrir nuevas cosas, y que recuerda cada cierto tiempo que el límite del descubrimiento lo pone la imaginación.

Ese espíritu debiera ser el de los cristianos, quienes empezamos como escépticos, pero luego descubrimos el evangelio del Reino, el mensaje del Señor Jesús, un mundo utópico donde quien quiera ser el mayor, deberá ser siervo de todos, donde los primeros serán los últimos, un mundo donde hacemos tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Ese mundo loco, donde Cristo es REY, el mismo que caminaba con ladrones y prostitutas no impide el acceso al banquete del Rey, sino que los despojados son los invitados a la mesa de honor. Ese mundo loco, ese mundo de las maravillas que Alicia experimentó, le dio la fuerza para poder tomar las mejores decisiones y enfrentarse a sus temores en su “fragoroso día” en el mundo material. Esa es la misma actitud que los cristianos debiéramos tener en el día a día. La valentía y la confianza del vencedor, quien ya derrotó al dragón, y nos brinda gratuitamente las ventajas de su victoria en la cruz. No dejándonos guiar por “el destino” sino marcando nuestro propio destino, construyendo un mundo donde Dios sea glorificado, donde la vida pueda florecer, donde el conocimiento del ser humano pueda expandirse, y donde podamos pasar de ser orugas, a mariposas.

Ojalá llegue el día en que la Iglesia sea como la valiente Alicia. Para hacer realidad para otros, la esperanza de vida plena que ya tenemos en Cristo.

Señor Dios, haz que tenga la valentía de Alicia de enfrentarme al mal, aunque este provenga de mí. Y ayúdame a ser embajador de tu voluntad, así esté en mi más alocado sueño, o en la más triste y patética realidad.

ANUBIS


2 comentarios:

Antigona dijo...

me gusto el articulo, y tambien la pelicula.
:) :) :) :) :) :)
... Pili magica

Instituto para la Misión Transformadora dijo...

Hola David: Esta muy interesante tu articulo y los argumentos muy bien planteados. Felicitaciones!