lunes, 19 de octubre de 2009
El retrato de una Pastoral Juvenil Evangélica...
Este es un resumen del último encuentro desarrollado. Iniciamos este tiempo enriquecedor para cada uno y cada una de nosotras, dando lugar a las prácticas concretas de pastoral en la actualidad desde las propias bases juveniles.
La primera exposición a cargo del Pastor Darío López donde se identificaron tres tipos de trabajo pastoral que se presentan en las iglesias evangélicas: la de tipo tradicional, la gerencial y la pastoral ciudadana.
La pastoral tradicional se caracteriza por dejar la labor de acompañamiento y enseñanza casi exclusivamente en manos del pastor de turno, con el peligro de convertir a los creyentes en personas dependientes, faltos de iniciativa y escasamente críticos; no obstante que este modelo tiene la virtud de fomentar los lazos afectivos y el contacto cercano entre los miembros y el pastor.
El modelo gerencial de pastoral es el que se emplea en las megaiglesias posmodernas, donde confluyen miles de miembros, se especializan las tareas y se enfatiza la planificación. Sin embargo, a pesar de los beneficios que trae, el uso de los métodos modernos de gestión para la iglesia degeneran muchas veces en una vivencia comunitaria fría y distante, en la que es más fácil acceder a Dios que al pastor y los miembros se ven unos a otros como superiores y subordinados en clave de eficacia o ineficacia, según sea el caso.
El modelo de pastoral ciudadana, el de menor presencia en nuestras iglesias, tiene la virtud de incorporar a las personas valorándolas como tales en el seno de una comunidad en la que se fomenta a su vez la reflexión y el compromiso social. El peligro es que se convierta a la iglesia en una mera agencia de política partidaria.
Así, la pastoral juvenil dependerá del tipo de pastoral con que se guíe iglesia en su conjunto, y será una extensión de las características generales presentadas en cada caso.
En un segundo momento Luis Fernando Crespo enfatizó que la pastoral juvenil debe facilitar el tránsito desde una fe heredada a una fe conciente (libre), coherente, comprometida y comunitaria.
Al tomar la figura del buen samaritano, acotó tomar como prójimo a las masas humanas, un prójimo colectivo. En tal sentido señaló que la compasión debe ser inteligente, eficaz y organizada. La pastoral juvenil debe ayudar a ver la realidad, una realidad que grita, pero a la vez, tener cuidado para que la actividad no sea utilizada como un escape para evitar mirar hacia adentro.
Ahora, cuando todo es más acelerado, es el tiempo posmoderno caracterizado por la fragmentación a las personas les parece perder el tiempo en reflexionar. Lo que resulta es tener muchos fragmentos aislados, entonces la tarea de la pastoral juvenil también es acompañar y ayudar a articular para evitar el caos.
Después de cada ponencia se dio pase a la reacción por parte de los y las participantes.
La mesa redonda fue un interesante momento de intercambio de ideas, en la que se integraron diferentes estrategias para el desarrollo de la pastoral juvenil y se reconoció el retroceso sufrido, coincidiéndose en comparar la pastoral juvenil evangélica actual a una mecedora: una organización juvenil dedicada al desarrollo de actividades cuyo eje es el pasarla bien, más interesados en que la membresía incremente, dejando de lado la preocupación y acción referida a temas urgentes y necesarios de nuestra realidad social. Reconocimos lo importante de dedicarle tiempo a la reflexión, la formación y la compasión comprometida.
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