martes, 21 de febrero de 2012

Oportunidad de Voluntariado


Hola: El Instituto para la Misión Transformadora está elaborando Audio-libros para la formación de jóvenes en temas de Incidencia Pública, Iglesia Evangélica y Reino de Dios. Se solicita voluntarios/as que puedan grabar desde sus casas, capítulos de libros, materiales o separatas que se les haría llegar vía correo electrónico. El único requisito es tener la disposición de colaborar con una grabación que puede ser hecha en cualquier formato (mp3, rar, etc) Para hacer esto se puede utilizar un mp4, la grabadora de voz de tu celular, etc. Escoger un lugar tranquilo para evitar ruidos. Luego de realizada la grabacion, nos envian el producto como archivo adjunto a traves de un correo electronico a la siguiente direccion: oscar.amat@gmail.com

Muchas gracias. Mayores informes al mismo correo oscar.amat@gmail.com

viernes, 10 de febrero de 2012

¿Escribir o quedarnos callados?

Que los cambios son tan absolutamente rápidos en esta sociedad contemporánea, nadie lo pone en duda; pero que al final lo único que nos importe en la vida es que las cosas funcionen, tengan impacto mediático y la gente se las trague, ya me parece demasiado. Y lo digo por el manoseo que vienen sufriendo en la actualidad temas como la dignidad humana, los orígenes de la violencia en el Perú de los ochenta y la vigencia de los Derechos Humanos en pleno siglo veintiuno.

Entiendo que el tema de las convicciones pueda pasar a un segundo plano cuando de la supervivencia material se trate. Entiendo que tanto en materia política como teológica los antiguos "purismos" hayan pasado a la historia y hayan cedido el paso al pragmatismo inmediatista de los tecnócratas de áureas mediócritas de nuestro tiempo. Profundizar parece un lujo o un bien innecesario cuando con un toque de superficialidad y un manejo de la imagen pública se pretenden lograr protagonismos de papel, visibilidades oportunistas y liderazgos caudillistas que me hacen acordar que seguimos repitiendo "los errores de los viejos" como a muchos les gusta decir.

Por eso, a veces siento que mejor no escribir más, cerrar la fábrica, ceder el paso a las nuevas generaciones y quedarnos callados, como muchos y muchas de nosotros/as lo hacemos bajo la protección de nuestros castillos, nuestras torres de papel desde donde contemplamos el mundo, jugamos a ser el pequeño reyezuelo que desde su computadora con internet y su celular con blackberry, se imagina que dirige el mundo.

Bueno, parece que en América Latina, pedazo del mundo que tiene problemas de memoria, se necesita que intentemos poner en orden nuestros laberintos de manera colegiada. Que volvamos a mirar a los demás más allá de la seguridad de nuestras instituciones y espacios de poder y que tengamos la capacidad de revisar nuestras convicciones y aprender a dejarnos guiar por ellas y no sólo por el vil metal o el aplauso popular.

Los verdaderos mafiosos de este mundo son los que lucran con nuestro silencio, son los actuales profetas de calamidades que pintan todo como una gran tragedia para que sus propias tinieblas y sus mezquindades parezcan fuentes de luz, en comparación. Hay que tomar distancia de la crítica de quienes se aprovechan de esta situación, candidatos a coprófagos profesionales que luego sucumben bajo las tentaciones del poder cuando reciben algún encargo de medio pelo de la camarilla política, de la agencia financiera o de la Junta Directiva de la empresa de turno en donde recogen sus huesos.

La educación ciudadana de la Iglesia Evangélica, proyecto con el que nos encontramos comprometidos, acompañando a la Iglesia en su largo recorrido hacia la sociedad civil, necesita y requiere que busquemos los consensos que alguna vez impulsaron nuestras acciones en procesos que creímos y respetamos durante nuestra juventud. Que tomemos lo mejor de estos procesos y que empecemos a pensar la realidad no bajo las categorías de los años pasados sino con la capacidad visionaria y la pasión transformadora que no tiene edad, ni género, ni raza.

Termino haciendo una pregunta, parafraseando una escena de la película "El Señor de los Anillos": ¿Estaremos en condiciones los que no nos hemos juntado desde hace muchas lunas, de volvernos a reunir como los ent en el bosque de Fangorn y proponer una ruta hacia Isengard? ¿Podremos producir una palabra alternativa a los temas de derechos fundamentales que están hoy día amenazados por la superficialidad, la desinformación y la mala intención? No se juegan pocas cosas en una situación como esta. En gran sentido la credibilidad de los evangélicos/as en el país y el Continente y la pertinencia del mensaje cristiano para la vida de las personas en general, es el horizonte, la motivación para superar muchas de las diferencias y afirmar la vida, la ciudadanía y el Reino de Dios en el país y en América Latina.